Me he dado cuenta de que últimamente soy una persona incomprendida. Siempre he defendido el arte moderno y sin duda dentro del Top Ten de Londres está la Tate Modern en mi lista. Por eso en un alarde de valor decidí que ir a ver la Serpentine Gallery completaría un poco mi visión de galerias de arte conceptual en Inglaterra.
Y allá que nos fuimos el sábado huyendo de la riada de españoles que invadieron las tierras londinenses al recondito paraje situado en Kensington Gardens al lado de lo que creíamos era un champiñón gigante. Fallo tecnico, en realidad era una sala de conferencias que no pisamos ya que no eramos “ticket holders” ni pensabamos pagar para serlo.
Entramos en el pequeño edificio descubriendo tres salas de arte “escatologico” o al menos eso era lo único que entend
imos. Mientras yo me pasaba el rato biendo objetos fálicos Rocio sostenía que uno de los videos era una peli porno camuflada. El único objeto que despertó cierto interes era la escultura de un hombre desnudo que estuvimos a punto de pellizcar el culo ya que algunos miembros pensabamos que era autentico.
Señores. Me gusta el arte moderno pero tengo mis límites y creo que la serpentine los ha revasado un pelín. Volveré a intentarlo en breve, no me rendiré, quiero seguir siendo rara y diciendo: “me gusta el arte moderno”.
ANA
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