Pues eso, que perdón por el retraso y bienvenidos a la segunda parte de Bea y Ali en Londres.
Para los que se hayan perdido y les interese,
aquí hay un enlace al primer post. Continuo:
Día 4 (13-08-06) Excursión a Windsor
Otro día madrugador, llegamos al Eton College pagamos nuestra en

trada y nos dieron un “mapa” que casi nos costo más tiempo descifrarlo que lo que duro en si la visita. El sitio estaba un poco vacio, quizás porque estaban de vacaciones. Nada más entrar hay una plaza (plaza de verdad no como la de mi pueblo) con una estatua que deduzco que era Enrique VI porque lo pone en el panfleto- mapa. Localizamos la entrada a la iglesia, muy bonita por fuera, y de camino a ella descubrimos una lista interminable de estudiantes muertos durante la guerra. Por dentro no tiene mucho misterio pero para saberlo había que entrar.
Siguiendo el camino de baldosas se llega a la entrada al colegio, muy bonito también por fuera y con una fuente que no funciona (por si alguien va e intenta hacerla funcionar ya lo sabe, es entretenido pero inútil).
Y como en todo colegio que se precie tiene un museo de su historia. A lo mejor el mío no, pero seguro que es porque no se fundo en 1440 (otra vez el folleto). El museo es interesante, descubres algunos personajes famosos que estudiaron allí, los uniformes a lo largo de la historia, premios, fotos antiguas de regatas, y alguna cosa más. Y como la tienda de regalos estaba cerrada nos quedamos sin saber que nos vendían. Si alguien lo sabe, por favor que me lo cuente.
Y nos fuimos al castillo, donde nos dio la bienvenida el mismísimo Carlos, mediante la audio guía pero algo es
algo. Muy divertida la visita y con mucho que ver. Empezamos por un recorrido por el exterior en el que pudimos apreciar la lluvia de Londres en todo su esplendor. Cuando dejo de diluviar, que no de llover, nos pusimos a hacer cola para entrar a ver la casa de muñecas de la reina. Increíble, me regalan a mi eso y no solo no tengo sitio en toda mi casa donde ponerlo sino que me mudaba a ella. A la salida de la casita había una exposición de fotos y dibujos, creo recordar que eran sobre la reina, pero pasamos un poco de largo.
Y llegamos al interior, la audio guía nos contó un poco la historia de cada una de las habitaciones, de donde eran los mueble, los autores de los cuadros, quien había decorado cada habitación… Pero sin duda lo mejor de toda la visita fue buscar al rey Juan Carlos en la sala donde estaban todos los escudos de armas de quienes pertenecen y pertenecían a la orden de la jarretera, y me enorgullece decir que entre más de 900 miembros le encontramos, Ana tuvo que preguntar pero le encontramos.
No llegamos a ver el cambio de guardia, pero nos conformamos con hacernos una foto con uno de los soldaditos con cara de pocos amigos.
Por la tarde de vuelta en Londres dimos un paseo por… por donde esta todo, se que tiene nombre pero extrañamente no lo recuerdo. Y vi por primera vez el parlamento, me costo darme cuenta de que estaba allí pero cuando vi que Bea y Ana miraban hacia allí y hacia mi sospeche algo, la catedral de San Paul y algún que otro edificio importante que se veía a lo lejos. Además descubrí que los ingleses son aun más raros de lo que pensaba, ya que al bajar el nivel del río aparecía una zona de arena que utilizaban a modo de playa, de verdad que sino hubi
era visto el sitio podría habérmelo creado sin más, pero… solo puedo decir que lo siento por ellos.
Caminamos todo lo que dieron de si los pobres zapatos de Bea, que no estaban hechos para el clima de Londres y que acabaron pareciendo más unas sandalias que cualquier otra cosa, e hicimos una parada para ver como se caían los patinadores y los que montaban en bicicleta. Pasamos por más puentes de los que puedo recordar hasta llegar al metro, donde caímos muertas.
Día 5 (14-08-06)
Empezamos el día con el London eye, llegamos pronto para coger las entradas y nos colamos disimuladamente cuando hicieron dos colas de la única que había. ¿Qué decir de la noria gigante? Pues que si no subes te pierdes la vista panorámica de toda la zona y la oportunidad de sacar millones de fotos al parlamento, porque desde ningún otro sitio se ve como desde arriba. Además tuvimos suerte ya que se puso a llover cuando estábamos bajando, lo siento por los que venían después, pero a parte de fotos de cristales con gotas de lluvia no pudieron hacer otra cosa.
La siguiente parada era el parlamento, pero como era pronto y la abadía de Westminster estaba cerca me propusieron entrar solita mientras se iban a desayunar. Preciosa la abadía, con mucha gente famosa enterrada y hasta bonita por fuera. Lo malo es que no dejaban hacer fotos y tuve que conformarme con hacer una a escondidas en el jardín interior. Que triste.
¡Y por fin el parlamento! Se nos sumo Sonia y entramos junto con el resto de españoles para empezar la visita guiada en… ¡español! La amable mujer nos contó unas cuantas historias de la realeza inglesa, alguna que otra batalla, anécdotas de los pasillos, pero sobre todo recuerdo el día de Guy Fawkes, que celebran los ingleses el 5 de noviembre quemando un muñeco de paja que lo representa. Según nos contó, el día que reabrían el parlamento recreaban como descubrieron el complot por el cual querían volarlo con pólvora. Como ella misma admitió las batallas ganadas las recordaban mucho.
Por cierto, si la próxima persona que tiene una estatua con los demás hombres importantes es la baronesa Tatcher recordad que yo os di la exclusiva ;)
Y de nuevo en la calle y con las pegatinas amarillas de visitor nos dirigimos a nuestra ultima visita antes de comer, la catedral de San Paul.
¡Increíble! No te haces una idea de lo grande que es hasta que esta dentro y ves una flecha que señala las escaleras q suben hacia arriba… y que advierten de que hay más de 530, os puedo asegurar que las hay, las conté una a una, todas aquellas malditas escaleras interminables que no volvería a subir en la vida. Eso si, desde arriba todo se ve muy bonito y siempre te queda la satisfacción de decir que subiste hasta el final… pero durante las siguientes 24 horas quieres morirte.
Una chica española nos hizo de guía por la catedral enseñándonos lo más importante, es decir, vimos tumbas de personajes de la historia como Churchill y Lawrence de Arabia y pisamos otras de personajes menos queridos. Y sobre todo vimos la más importante de todas, la de Nelson con la que me hicieron fotos disimuladamente. Aun estoy emocionada.