Estos ingleses son raros. Tienen costumbres extrañas que además están orgullosos de conservar. Una de ellas es que cada año el alcalde se presenta ante los ciudadanos para “que lo conozcan”. Este año el show celebraba los 250 años de la carroza (muy Cenicienta con sus caballitos y sus pajes por todas partes) aunque en los anuncios sostienne que es una tradición de mñas de 4 siglos.
Para llevar a cabo este evento se dedican a cortar las calles de toda la City de punta a punta y a ir en zigzag con un desfile que tarda en pasar más de una hora incluyendo fuerzas armadas, antiguos gremios, coches de época y escuelas de danza exotica (no entiendo mucho la relación). Todo para que al final llegue Ken Livinston (el abucheado de las luces) desde Guillhall a las Cortes de Justicia y luego por la tarde todo el río hasta Mansion House. Con el programa en la mano tomé una decisión, el mejor sitio para ver el insigne acontecimiento era San Paul. Allí el alcalde y su esposa paraban con la carroza para ser bendecidos por el obispo así que al menos no lo vería pasar raudo y veloz y podía liarme a sacar fotos como una posesa. Dos horas antes del evento estaba buscando sitio por la zona pero los ingleses que son muy madrugadores habían copado la primera fila así que tuve que introducirme entre dos de ellos de forma poco sutil para tener buenas vistas del desfile y de la catedral.
Cuando acabó la bendición el señor alcalde volvió muy rápido a la carroza y sacó medio cuerpo por una de las ventanillas para saludar a todo el mundo (aunque alguno estaría deseando que se cayera que lo se yo).
Tras la procesión militar me acerqué a la Guillhall Art Gallery que era gratis para conmemorar que Ceniciento salía a saludar así que vi la exposición muy agradecida mirando mal su cuadro estrella que por supuesto es sobre Trafalgar. La exposición temporal era de Firth, un autor del XIX maravillosos que desconocía que retrataba la vida cotidiana. No se si me gustaron mñas los cuadros o los bocetos de estos pero fue bastante interesante. En la planta baja siguiendo los indicativos de ANFITEATRO llegué al anfiteatro (¿A que no lo imaginabais?) que resultó ser los restgos del anfiteatro de Londium que descubrieron cuando iban a construir la galería y que han dejado en los bajos con infografías y ruido de Gladiadores en plan flipado para que la gente se crea que Russell Crowe era inglés en lugar de español en la peli (ilusos).
La cosa hubiese sido perfecta si no hubiese sido por la imposibilidad técnica de coger un autobus hacia el centro sin caminar en circulos por más de tres horas... Pero esto es Londres así que ya nos hemos acostumbrado.
ANA
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