4.10.06

AQUARIUSSSSSSSSSSSS

Si, concre- tamente la versión de Raphael. Ese era el acuerdo al que llegamos durante el viaje en tren hasta Salisbury. Como siempre gracias a la escusa de “tengo visita” organizamos, de una vez por todas, la dichosa excursión poniendo de barrera a la prima de juanjo y a Arturo Vals (o David). Tras la odisea del tren y la del autobus 3 que no llegaba nunca llegamos a las dichosas piedras que estaban en medio del campo.


La primera desilusión llegó por el hecho de que llovía un poco. Solución: quedarnos bajo el subterraneo que llevaba al “anillo místico” rezando para que no se inundase. El segundo disgusto llegó cuando no nos dejaban meternos debajo cuando habíamos decidido desnudarnos para correr mientras cantabamos la canción. Eso si nos molestó, con ropa daba más vergüenza así que tímidamente dimos un par de saltos al rededor de los pedruscos.


La audioguía nos informó de que las piedras eran azules lo cual nos contrarió un poco. Pero como lo interesante era escuchar como habían levantado esos pedruscos de 5 toneladas nos detuvimos en las explicaciones esotericas. A pesar de mi devoción por Merlin debo confesar que sigo pensando que lo más creible es lo de los marcianos.


Después de darle la vuelta y sacar fotos de todos los angulos salimos a comprar como posesos souvenirs (para los que nos conocen saben que son postales y monedas, somos mentes simples). Fue en la tienda donde descubrí la ausencia de mi paraguas (osea, el de Bea). Así que fui a preguntar a la puerta


ya que el día amenazaba con ser algo lluvioso. Para mi sorpresa me dejaron pasar sin enseñar el ticket ni nada. Di una vuelta entera y pregunté. Nada. Me habían chuleado el paraguas. Pero en cambio había dado dos vueltas a las piedras (doble visita al precio de una). Cuando llegué mis compis estaban devorando bocatas. Llego un autobus en dirección contraria, podíamos subir y dar la vuelta y como una no tiene paraguas votó por eso cosa que me agradecieron al ver el chaparrón que se nos vino encima en dos minutos.


Ya en Salisbury fuimos a la catedral donde una mínima parte decidimos pasar a cotillear. Muy grande, bastante bien conservada y porsupuesto la dichosa Carta Magna expuesta. A la salida sólo había una conclusión lógica: COMPRAS.


Nuestro sexto sentido nos llevó a la Virgin y así acabamos con un pequeño paseo por la zona comercial antes de regresar a Londres donde , por supuesto, cenamos copiosamente en el tuk tuk porque... ¡¡Qué sería una excursión sin acabar en el Soho!!



ANA




PD, ¿os habeis dado cuenta de que no he pueso STONEHENGE hasta ahora?

1 comentario:

Anónimo dijo...

mmm has perdido mi paraguas? te parece bonito?