Para celebrar las pocas horas de estancia en Inglaterra me ofrecieron el único plan 100% inglés de este año. Comida, cena, compras y pub con Vicky. La idea era más que interesante dado que todos mis amigos habían huido a otro país, concretamente el nuestro propio.
Así que después de un paseo por las tiendas me planté en Ruislip Manor, no sin antes pelearme con todas las lineas del TUBE que habían decidido colapsarse por varios motivos: suicidas, incendios, problemas de señal y retrasos derivados de estas que me dejaron tirada por más de 40 minutos en Liverpool St. Más vale tarde que nunca así que avisando que llegaría tarde me hinché de paciencia hasta llegar al destino que resultó ser el barrio donde habíamos asistido a la famosa Dinner Party hacía meses.
Vicky vino a recogerme y me presentó a la familia que habían aguantado estoicamente hasta el horario español para la comida. Por fin ví una fascinante demostración de los Crackers en directo y la duda de estas navidades se desveló. Se trata de unos paquetitos que tienen un regalo en el interior (y un petardo). Cada persona lo agarra de una de las asas y tira. Quien se quede con la parte del regalo gana lo que esconde el interior, en mi caso gorros de papel y silvatos. Tras petardear un poco llegó el momento de las compras ¡¡Yupi!! Y después de la cena las birras básicas para despedirse del alcoholismo inglés. Y de regreso a casa en un largooo trayecto por las peores lineas de metro. Merece la pena, Thanks Vicky!
ANA
1 comentario:
eso tb es vandalismo malicioso lo sabes no?
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