Mi amiga Isa (Lopez, la que tiene NOVIO) me ha dicho que soy una persona rara. Hay muchos más seres vivos que sostienen que me pasan cosas poco normales pero yo reivindico mi derecho a ser rara. Porque... Ser raro no es malo.
Esta pasada semana estuve colgada al telefono hablando con varios de mis amigos “normales” para mi sorpresa resulta que cada vez hay menos gente “no rara” entre los que considero amiguetes. Por una parte mi susodicha Isa (la del NOVIO) decidió que lo más normal del mundo era echarse un NOVIO (si alguien pregunta el por qué de las mayusculas la respuesta es sólo por joder) fan de La Guerra de as Galaxias. Lo cual para ella es raro y para mi mundo paralelo muy positivo (por que en confianza Isa, necesitabas algo “galactico” en tu vida y Beckham está ocupado conmigo...
Mi otra Isa (Tarragona) se ha casado. Y sí, eso es raro. Es la primera amiga directa que sucumbe a pesar de que todas teníamos la pamela para la boda de Fybie... ¡¡Qué decepción más grande!! Para la boda María llevaba un vestido monísimo de romana que su hermana plagió para otra boda, es decir, miraras donde miraras había vestidos iguales por toda la casa. Así que ahora tenemos además a un nuevo miembro entre los amigos raros: Fran, el MARIDO de Isa. No voy a decir nada más porque la boda tendrá post propio y el principal motivo del post está por venir.
NAHIKARI... Si señoras y señores. Esta chica sí que es un lechado de virtudes y sorpresas. Tan pronto se va a Mejico por amor como le da por aùntarse al ejercito voluntario. Cuando no sale con un tío con catanas se muda a casa de un correoso. Es precisamente en esta última morada donde sucedió el acontecimiento que me dispongo a narrar.
Telefónicamente Nahi me informó que un olor desagradabel inundaba su rellano. Unido a os datos de que el correo se amontonaba y que la viejecita que vivía al lado no había sido vista en algo más de dos semanas mi hermana llegó a una conclusión lógica: VIEJA CAPUT. Como queda mal decirlo directamente animamos a Nahi a llamar a la policía porque como buena criminologa que es ella ya sabía que allí olía a muerto. Ella dedcidió que era mucho más divertido colocar incienso en toda la casa para enmascarar el olor ( policialmente lo llamaría OCULTACIÓN DEL CADAVER). Por fin al día siguiente recibí un mensaje diciendo que la olicía había entrado en la casa y que la pobre mujer, efectivamente, estaba fiambre desde Dios sabe cuando. Lejos de sertir remordimientos por la muerte de la ex-vecina los conocidos ya nos imaginabamos a Nahikari en el telediario con la bata de franela y los rulos en el rellano diciendo ante la cámara: “era una señra muy amable, saludaba en el ascensor y no molestaba excepto cuando empezó a oler mal”.
Si, esto sólo viene a demostrar algo y es que la gente rara que sale en la tele está más cerca de lo que creemos y que por supuesto antes o después acabarán siendo mis amigos.
ANA
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