MUNDIAL: THE END

Pensábamos que no iba a acabar nunca pero por fin se acabaron las conversaciones de los ingleses que se resumían en :

-¿Qué vas a hacer este fin de semana?
-¡Oh! Voy a sentarme a beber cerveza como un cerdo mientras veo todos los partidos que televisan uno detrás del otro sin hacer un descanso aunque no sepa donde está ni Ucrania en el mapa.

Y el resultado señoras y señores no puede ser más satisfactorio. La final Italia Francia la hemos mamado desde adentro. De base por el odio visceral que todo español debe profesar a nuestros vecinos del norte y de segundas por que fueron ellos los que nos echaron del mundial. Dado que vivimos con seis franceses en casa las últimas semanas se hicieron un poco insoportables. Obviamente los muy cobardes no sacaron las banderas y las camisetas hasta que llegaron a la final así que, claramente, no merecen nuestro respeto.

Tras la llegada de Marco (sueño erótico número 1) y Giovanni (sueño erótico número dos) sumábamos al menos cuatro fans de los Azzurri, cuatro y medio con la posición de Sonia. Así que ambos bandos nos intercambiábamos puyas en las escaleras y cantábamos himnos patrios para joder al otro. La misma situación se vivió en todo Londres donde las banderas de ambos países salieron a la calle y protagonizaron encuentros fascinantes en Picadilly y Leicester Sq.

Valeria y yo vimos el partido en casa por tres motivos: somos pobres, el SOHO está muy lejos y no llevábamos ningún italiano con nosotras. Compramos nuestras Peroni (Nastro Azzurro para los fans de Vale y Peleoni ara mi amiga Ana-Merida-Munich y yo). Cargadas de patatas y panchitos animamos a nuestra nueva selección temiendo la hecatombe gabacha que se nos podía vernir encima si De Rossi, Cannavaro, totti, Del Piero, Materazzi y toda la santa plantilla maciza del equipo italiano no marcaba. Sufrimos como no está escrito el penalti innecesario a los cinco minutos y celebramos los dos goles: el real y el imaginario saltando sobre los sofás roñosos de la casa y abrazándonos. Hacia el final del partido conscientes del empate ya sólo nos oiteresaba como De Rossi se echaba agua por encima de todo su cuerpo de forma lasciva (al menos a nosotras nos lo parecía). Mientras Sonia sugestionada por nuestras palabras de que es gafe no pudo ni comer en el salón pues si Francia marcaba iba a ser su culpa así que sólo preguntaba cuando oía ruido.

La expulsión de Zidane fue traumática y acabamos haciendo un coloquio sobre porque un señor tan hecho y derecho la caga de una forma tan tonta en su último partido y casi asesina a nuestro clon de Ernesto Alterio en italiano.

Los penaltis no son justos. Por eso y porque Italia nunca ha ganado por penaltis a demás de que Buffon (Truffon para Bea e Isa) es bastante peor portero que el francés estábamos resignados a lo peor. Pero como Dios es bueno y generoso Francia la cagó y abrazamos la tele, saltamos por la casa vacía y con toda nuestra mala fé subimos a colgar la bandera italiana de la ventana conscientes de que no hay nada mejor que llegar a casa deprimido por le vergüenza de perder tras un cabezazo de Zidane y haberse regodeado toda la semana.

Para nuestra fortuna no nos cruzamos con ellos a la vuelta pero Merce si lo hizo y con toda su inocencia se alegró por Italia cuando Germain 1 , el psicópata que pasea desnudo y usa nuestro champú la agarró por la solapa y casi la endiña una leche si no llega a intervenir María... Si ya decimos que los franceses no están muy bien pero ahora podemos añadir que encima tienen mal perder.

FORZA AZZURRI!!!

ANA (futura Sra. de Giovanni y exmujer de Marco)