9.7.06

LAS LOCAS AVENTURAS DEL SR. M Y SU FASCINANTE MUNDO PARALELO. CAPITULO 3.

CAPITULO 3

Situación actual:
Horas de sueño:
2
Alimentos consumidos: Bando A=almuerzo discreto (sólo los ingredientes de supervivencia dados los precios de la carta) y aun sin noticias de la Coca Cola) / Bando B= cuatro sándwich y un croissant de ventaja + almuerzo suculento con café
Temperatura ambiente: 35 grados y subiendo
Estado de animo: Bando A= resignación absoluta (comenzamos a reírnos en su cara); Bando B= fraternidad italiana; Bando A relación con Bando B= no se detecta contacto

7.00 pm – Operación sábana

Gracias al machismo ibérico, tuvimos el dudoso privilegio de ocupar una habitación ajena. Tras fracasar en el intento de meterse en la cama de su amigo, el Sr. M se introdujo en nuestra habitación para darnos las instrucciones correspondientes:

-Entrega en mano de dos bolsas cerradas conteniendo juego completo de sabanas limpias para:

a) quitar sabanas del dueño de la cama; rearmar la cama con las sabanas otorgadas;
b) quitar una vez pasada la noche dichas sabanas; doblarlas cuidadosamente;
c) introducirlas en las mismas bolsas;
d) doblar las sabanas sucias y dejarlas sobre la cama prestada. A pesar de que: el Sr L nos autorizara a usar las sabanas ajenas y que llevábamos nosotras sacos de dormir (el uso de los cuales nos fue prohibido)

-Petición encarecida de no romper nada y de comportarnos como es debido


Dicho lo cual, el Sr M, ordenándonos una ducha, se retira a sus aposentos (el sillón) a gozar de una merecida siesta mientras el resto cocina para el.

Llegada la noche, obviamente, hicimos lo que nos dio la gana: dormimos con sábanas ajenas y sacos de dormir. Claro esta, sacamos las sabanas limpias de la bolsa y las volvimos a meter para que su dueños las vuelva a lavar.

8.00 pm – La ultima cena

Con la mesa ya servida, el Sr. M decidió levantarse de su siesta para acabar con toda la comida que habíamos preparado “como veo que han hecho tanto, y como todo esta tan rico, voy a servirme en abundancia”.

Ausentes en una nueva conversación apasionante sobre supermercados y conocidos que se casan y divorcian, nos sumergimos en un estado de risa estúpida que termino con el abandono de la cancha por parte del miembro argentino dejando al miembro español llorando de risa en la mesa.

9.00 pm – Brasil y el postre

El Sr. M decidió que era de buena educación dejarnos comiendo solas en la mesa para ir a ver el partido de su nuevo equipo, “el mejor del mundo”: Brasil (solo por joder a Valeria).

Las mujeres de la casa, tras quitar la mesa y lavar los platos sirven el postre. Error: para uno es demasiado, para el otro, sin helado por favor. Dejando atrás los gritos desaforados de aliento a Brasil, el Bando A se retira a comer el helado sobre un muro romano en las afuera de la casa, que Valeria luego romperá, destruyendo así años de historia.

Un minuto después de haber solicitado se retirara el helado de su plato, el Sr. M sale, cuchara en mano, y a grito pelado a preguntar si no queda mas helado “giusto per assaggiare” (“solo para probar”). Ana, que estaba abrazando el haggen daz, bajo del muro romano con resignación y le ofreció su propio postre para que se callara la puta boca.

Cansadas de aguantar estupideces, decidimos quedarnos en casa mientras los hombres se fueron al pub (momento de intimidad que aprovechamos para seguir riéndonos de el hasta caer rendidas por el sueño).

Domingo 2 de julio – día de la carrera

6.30 am – Buongiorno Principessa!

Tras violar las instrucciones de ducharnos por la mañana nos cambiamos en 5 min. Sentadas en el sofa miramos fijamente al bello durmiente que se había dispuesto a desayunar copiosamente toda la comida que el Sr. L nos había ofrecido gentilmente. Esto tuvo su recompensa, porque al que madruga Dios lo ayuda, y pudimos presenciar una nueva sesión de Full Monty viendo como el susodicho, vestido con bermudas hasta las costillas y medias hasta las rodillas, se volvía a desnudar mostrándonos esta vez un modelo de calzoncillos a rayitas.

7.45 am – Evacuación por lluvia

Durante la hora que tardamos en hacer los 50 kms que nos separaban de Donnington Park intentamos abstraernos del silencio habitual de nuestro coche y la sintonía de FM Heart, claro, para deslumbrarnos con los centenares de motoqueros que se acercaban al evento (afortunadamente, y como no nos hablaba, no nos los comento uno a uno y solo dio un bocinazo a una sola moto).

Estábamos por llegar cuando detectamos la presencia de minúsculas gotas en el parabrisas y recibimos las primeras instrucciones de cómo proceder en caso de lluvia.
Estacionamos y simultáneamente:

Bando B – engullendo su quinto panini dio instrucciones inapelables de permanecer dentro del vehículo de la felicidad por lo menos una hora mas (con la consecuencia de perdernos las vueltas de Warm Up por el bien de nuestra salud)

Bando A – Escuchando atentamente las comandas, comenzamos a ponernos nuestros chubasqueros, organizar las mochilas, preparar cámaras de fotos y agarrar nuestros paraguas para perplejidad del Bando B, quien no había contemplado la posibilidad de lluvia.

En medio de las negociaciones, el Sr. M cometió el error de decir “Yo me quedo aquí hasta que pare de llover, si quieren vayan yendo”. No termino de decir “yendo” cuando ya nos encontrábamos en la puerta sacándonos fotos con las motos.


11.00 am – Invasión total de nuestro espacio vital

Durante las tres horas de emergencia meteorológica (la lluvia duro 15 minutos y luego el sol nos chamuscaba), el Bando A tuvo la posibilidad de:

1-encontrar la puerta correcta
2-inspeccionar las inmediaciones para trazar la ruta que seguiríamos a lo largo de la carrera para no perdernos detalle
3-sacar fotos y mas fotos
4-ir al baño
5-comprar merchandising compulsivamente
6-encontrar y ocupar el sitio perfecto para ver la partida, montando el famoso chiringuito gitano
7-desayunar
8-ver las vueltas de warm up de las categorías 250 y 500 cc

Diez minutos antes de que comenzara la carrera de 250, llego el Sr. M, se puso en medio de las dos, ocupando los espacios de nuestras respectivas banderas, colgó su bolso tal como lo habíamos hecho nosotras y tiro al barro el abrigo de Valeria. A partir de ahí todo fue una lección de sabiduría motorística.
TO BE CONTINUED...

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